Curso de Fotometría (XII)

1.11. POR QUÉ NUESTRA CÁMARA NO SABE MEDIR BIEN

Al estar calibrados según el estándar que acabamos de describir, cualquier fotómetro considera siempre que la luz medida ha sido reflejada por una superficie que presenta un 18% de reflectancia.

Si en realidad la superficie es un tono medio no tendremos problemas y la medida reflejada será correcta. Esta es la situación más habitual, ya que las luces altas son compensadas por las bajas, como en el tablero de ajedrez.

Si la superficie es más oscura que el tono medio del 18% el fotómetro interpretará que al sujeto que considera de tono medio le llega poca luz y en consonancia recomendará una exposición mayor a la idónea para apastelar este tono oscuro y conseguir que salga gris en la fotografía. Y si no hacemos nada por impedirlo nuestras fotos de sujetos negros saldrán desvaídas, sin negro real en la captura.

Si la superficie es más clara que un tono medio interpretará que llega demasiada luz a un sujeto que debería ser de tono medio y recomendará una exposición inferior a la adecuada para conseguir que el sujeto salga como gris medio. Nuestras fotos en la nieve saldrán grises si no corregimos el error de la cámara.

El fotómetro reflejado no puede saber si lo que mide es gris medio o no. Cuándo el promedio de la escena sea más claro o más oscuro que el gris medio 18% será necesario ajustar la exposición para que los sujetos salgan con el tono que en realidad tienen.

Si en la escena tenemos un sujeto con un tono medio será suficiente con medir la luz reflejada sobre ese sujeto o parte del mismo. Pero ¿cómo saber si ese sujeto tienen un tono medio? Pues comparándolo con una carta gris o con un sujeto que si sepamos que tiene ese tono. Descartaremos los tonos más claros y oscuros y mediremos la luz reflejada por nuestra carta gris y por esos tonos medios. Si la medida coincide es que efectivamente esos tonos son neutros. Podríamos realizar la medida directamente en nuestra carta, pero eso nos limitaría nuestro aprendizaje y no siempre podremos ubicar la carta gris para realizar la medición. Ante la inmensa variedad de colores y tonalidades hemos de dedicarle tiempo suficiente a estas comparaciones en situaciones poco cítricas para habituarnos a valorar que sujetos presentar realmente tonos medios. De esta forma cuando no podamos ubicar la carta gris o tengamos prisa el procedimiento de selección de tonos neutros será instintivo.

Otra solución será elegir un sujeto de tono conocido. Es muy útil la palma de la mano, que suele tener en todos los sujetos de origen caucásico un tono de +1 (es conveniente comprobarlo de todos modos). Únicamente deberemos medir la luz que llega a nuestra palma, evitando que el reflejo de la luz sobre la mano alcance directamente la cámara, situar el fotómetro de luz reflejada en la marca de +1, comprobar que la luz que incide sobre la mano es la misma que la que incide sobre el sujeto y disparar. En este caso hemos determinado un tono y llevado el fotómetro a ese tono. Al poder hacer coincidir un tono real con la exposición que le corresponde los tonos restantes serán los adecuados en toda la toma. Los problemas de este sistema es que no siempre coincidirán ambas iluminaciones y que no siempre disponemos de tiempo o manos suficientes...

Si no encontramos sujetos de tono neutro necesitamos identificar uno con un tono conocido, tal y como hemos hecho con la mano. Así si sabemos que el tono de la arena al sol es de +1.3, únicamente necesitamos dirigir nuestro fotómetro puntual hacia esa área, ajustarlo a esa medición y disparar. La corteza del pino suele tener un tono de -1.7 puntos respecto al tono neutro, así que situaremos nuestro fotómetro en esa medida y dispararemos. Este método es eficaz pero necesita un aprendizaje comparativo con un valor calibrado, así que la inversión en una tarjeta de gris será muy aprovechada, aparte de que si tenemos una cámara digital la usaremos para el ajuste de blanco personalizado y preciso.

Rosa marchita

En este caso es el fondo negro es que engaña al fotómetro. Se optó por una medida puntual y corregida en +1 en la zona más clara de la rosa. De esta forma el flash se controló sin tener en cuenta el fondo.

Nikon D200; MicroNikkor 60 mm AF 1:2.8 D; vel. 1/125 a f/11; dos flashes SB 800 y reflector Lastolite.

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