La medición de luz incidente, de la que ilumina la escena, es idéntica a la reflejada por la carta gris.
Si nuestro fotómetro de mano incidente nos dice que un sujeto necesita una exposición de 1/125 s a f/8 y el de luz reflejada nos dice que necesitaría una de 1/60 s a f/8 ¿qué debemos aprender? Pues que ese sujeto tiene un tono de -1 punto, y que el fotómetro de luz reflejada, en su obsesión compulsiva recomienda una exposición más larga para intentar que ese tono oscuro pase a ser grisáceo.
Si nuestro ojo ya estuviese acostumbrado a valorar el tono de los sujetos habríamos detectado que en este caso tenía un tono de -1 y habríamos ajustado nuestro fotómetro a -1 al medirlo. En este caso la exposición que tendríamos sería de 1/125 f/8. Es decir la misma que si midiésemos con una carta gris o con un fotómetro de luz incidente.
Si disparamos a 1/125 s la exposición será adecuada, con independencia del método utilizado para determinarla, claro está. Pero si hacemos siempre caso a nuestro fotómetro tendremos tonos grises en nuestras tomas de sujetos claros u oscuros en vez de tener tonos blancos y negros. Si estamos trabajando en JPEG podremos arreglar el problema a costa de añadir ruido y pérdida de información. Si es una diapositiva no podemos hacer nada. Y si el destino final es el papel podemos intentar arreglar el fiasco en la ampliadora, a cambio de no obtener la máxima calidad posible y poder tener zonas empastadas.
El problema de medir luz incidente es que a veces es imposible. Por ejemplo en una puesta de sol, en situaciones de contraluz, cuando el sujeto esté muy lejano al fotógrafo y con una iluminación no coincidente, en situaciones de luz muy oblicua...
Otro grave problema surge cuando se usan filtros cuyo factor de exposición no conocemos o es variable (polarizadores) o cuando empleamos extensión entre la película y la óptica.
Desde luego el uso de fotómetro de mano ayuda mucho y facilita mucho el aprendizaje, pero no deberemos olvidarnos de habituar a nuestro ojo a buscar tonos neutros, a valorar el tono de cada sujeto. La luz reflejada siempre se puede medir fácilmente a través de los filtros o extensiones que utilicemos (evidentemente en los modelos réflex...).
Para medir luz incidente colocaremos el fotómetro de mano en un lugar que reciba la misma luz que el sujeto a fotografiar, con la calota mirando hacia la cámara y perpendicular a esta.
Bausen (Val d´Arán)
La latitud de la escena era excesiva para el sensor. Medí en puntual en la zona media de la pared de la casa y expuse con esa medición. Para llevar el cielo a una zona reproducible coloqué un filtro degradado de dos pasos.
Nikon D300; Nikkor 17-55 mm AF 1:2.8 D; vel. 1/125 a f/4; filtro inverso degradado de 2 puntos.z