Curso de Fotometría (III)

1.1. EXPOSICIÓN CORRECTA E INCORRECTA

La película puede compararse con un depósito de agua. Pero en vez de llenarlo con agua lo haremos con luz, justo hasta el borde, sin que rebose y aprovechando al máximo la capacidad.

Insisto en ello: la luz debe “llenar” perfectamente el depósito-película.

Pero ¿y cómo “llenamos el depósito”?

Mediante un grifo de luz, pero este grifo puede estar más o menos abierto, y según sea su grado de apertura variará proporcionalmente el tiempo necesario para que rebose: cuanto más abierto esté el grifo menos tiempo tardará en llenarse. Y al revés si el grifo proporciona menos caudal lumínico necesitaremos tenerlo abierto más tiempo.

Este símil es bastante gráfico pues nos permite relacionar el tiempo de llenado con el tiempo de obturador y el grado de apertura del mismo con el diafragma.

Cuando no varía la luz con que fotografiamos, aumentar el caudal abriendo el diafragma obliga a disminuir el tiempo de exposición para que la película no acabe sobreexpuesta. Y si, por el contrario, se alarga el tiempo de exposición hay que cerrar el diafragma.

Además del mismo modo que existen variaciones en la presión de suministro del agua también existen variaciones en el caudal de luz: no es lo mismo fotografiar en un día nublado que a plena luz del sol.

Cundo disminuye la luz hemos de abrir el diafragma para que la película acabe recibiendo la misma cantidad de luz. Si no queremos modificar el diafragma, pues nos interesa trabajar con uno determinado, necesitaremos modificar el tiempo de obturación para compensar esa disminución de la intensidad de luz.

La sensibilidad de la película la podemos comparar con el tamaño del depósito que queremos llenar. Una película muy sensible equivale a un depósito pequeño, uno que se conforma con poca luz. La película menos sensible precisa de más luz para llenarse.

Con este símil reunimos los cuatro elementos que intervienen en el cálculo de la exposición: la intensidad de la luz disponible, la abertura del diafragma, el tiempo de obturación y la sensibilidad de la película.

Del conjunto de decisiones que hemos de tomar amigo bastarán para entender y poder aplicar los conceptos de hiperfocal o a elegir el diafragma adecuado. Si trabajamos con una cámara réflex con previsualización de la profundidad de campo podremos visionar directamente el efecto de seleccionar uno u otro diafragma.

La gestión del movimiento necesita de experiencia. La única forma de saber como quedará una fotografía de un coche situado a cien metros de nosotros y que se acerca a 120 Km/h con un ángulo de 22º, fotografiándolo a 1/15 de segundo es haciéndola y valorando el resultado. Es necesario mirar muchos libros y realizar muchas fotografías para poder saber de antemano como quedará el movimiento del sujeto al captarlo a diferentes velocidades.

Pero la exposición combina precisamente el control de la nitidez y del movimiento con la necesidad de que la emulsión reciba la luz justa, sin que sobre y sin que falte... y lo mezcla con la elección de la sensibilidad adecuada del sensor o de la película que elijamos.

A pesar de los prodigiosos automatismos de las cámaras más modernas la exposición sigue siendo un problema, tanto en película como en disparos digitales basados en formatos JPEG o TIFF. Hasta los más avezados profesionales titubean al trabajar con diapositivas en situaciones de luz complejas.

Mariposa

Si en la fotografía no abundan los tonos demasiado claros ni oscuros el fotómetro de nuestra cámara acertará sin problemas la exposición correcta.

Nikon D200; MicroNikkor 60 mm AF 1:2.8 D; vel. 1/125 a f/11; flash SB 800 y reflector Lastolite.

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