Es importante diferenciar, primero, los dos estados de trabajo en los que se puede encontrar un gráfico:
Por tanto, si el gráfico puede encontrarse en dos estados de trabajo, guardaremos nuestros archivos de formas diferentes. De todas formas, al terminar lo normal es guardar de ambas formas. Es decir, por un lado creamos un archivo de trabajo, y por otro el archivo final, pero si en el futuro queremos volver a editar el archivo, deberemos hacerlo sobre el archivo de trabajo, que guarda todas sus propiedades.
Guardar un documento en proceso:
A salvar el documento sin perder ninguna de sus propiedades, capas, etc, para poder seguir trabajando con él, lo llamaremos simplemente Guardar, y normalmente lo haremos en el formato propio de Illustrator, con la extensión .ai.
Guardar es una opción común en la mayoría de programas, y en todos se hace de forma parecida, por lo que ya te resultará familiar. Los comandos para guardar los encontramos en el menú Archivo. Tenemos varias opciones:
El diálogo Guardar como es el siguiente:
Desde este diálogo debemos elegir la ubicación del archivo (donde lo queremos guardar), seleccionando las carpetas de la lista de la izquierda, o utilizando el desplegable Guardar en, y elegir el formato en el desplegable Tipo. Ya hemos comentado que normalmente usaremos el formato Adobe Illustrator (*.AI), que es el que nos aparece por defecto.
Desde este diálogo podemos hacer otras tareas, crear carpetas, borrar archivos, etc. Una vez seleccionado, pulsamos el botón Guardar.
Tras pulsar puede que nos aparezca otro cuadro de diálogo, dependiendo del perfil elegido. De momento, dejaremos las opciones que aparecen por defecto.
Ahora el documento se ha guardado, pero deberemos de guardarlo a medida que vayamos realizando cambios. Para ello, la forma más rápida es utilizar la combinación de teclas Ctrl + S, que produce el mismo efecto que ir a Archivo y elegir Guardar.
Guardar un documento ya finalizado, para imprimirlo, publicarlo o almacenarlo.
En contraste, lo más probable es que un trabajo ya terminado no sólo lo guardemos con la extensión .ai, sino, además, en el formato de imagen con el que vamos a utilizar la ilustración, es decir, como .jpg, png, gif, etcétera. A su vez, dicha imagen puede estar destinada a la imprenta, a una página web (que a su vez puede estar destinada a muchos tipos de pantalla), a una edición digital, un documento PDF, etcétera. Las posiblidades son muchas. También es probable que debamos empaquetar nuestra ilustración .ai con diversas imágenes enlazadas e incluso con las fuentes utilizadas en el diseño para su revisión, etcétera.
En cualquiera de esos casos, debemos conocer las opciones del menú Archivo → Exportar, así como las opciones del menú Archivo → Empaquetar, las cuales podemos ver en la imagen.
Las opciones avanzadas de almacenamiento, exportación y empaquetado de archivos las veremos en la unidad 11, una vez que hayamos trabajado con diversas ilustraciones, usado fuentes, galerías de colores, enlazado archivos y otras herramientas que nos permitirán conocer mejor las distintas posiblidades que tenemos para darle salida a nuestro trabajo con Illustrator.
Realiza el ejercicio paso a paso Mi primer documento, para practicar lo aprendido en la unidad.
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