Desde el momento en que un archivo se utiliza para almacenar datos se hace imprescindible el implementar un sistema de mantenimiento de dicha información.
Esos procesos se basan en procesos de actualización y de impresión.
Implica el diseño de programas que permitan la
Inserción Adición de registros no existentes.
Actualización Modificación del contenido de datos existentes.
Borrado Eliminación de datos.
En el caso de archivos no direccionables, secuenciales, el proceso de actualización se basa en la creación previa de un archivo que contiene las modificaciones del archivo original, para posteriormente lanzar un programa que realice la inserción, actualización y borrado de los registros en el archivo original, creando un nuevo archivo con los cambios realizados.
En el caso de archivos direccionables la actualización se realiza sobre el registro directamente, sin necesidad de actuar sobre el archivo en su conjunto.
Conviene tener presente que un archivo se puede leer con cualquier programa, independientemente del lenguaje en el que esté escrito, respetando eso sí, los tipos de datos que en el mismo se han grabado.
Si se conoce la estructura del archivo, los tipos de datos que posee son compatibles con el lenguaje que estamos utilizando, el archivo puede ser leído por el programa que escribamos, aunque no se haya escrito en el mismo lenguaje que en el que se grabó.
Los procesos de impresión pueden o no considerarse dentro de los anteriores, es cuestión de gustos.
La impresión de los datos habitualmente implica ofrecer la posibilidad de obtener los datos clasificados por alguno de los datos que existen en el archivo, alfabéticamente, por código, por cursos, por población, etc..
También la de realizar filtrados de dicha información, bien porque se realice una impresión parcial de la información, desde el diez hasta el 30, o porque se seleccione solo determinados datos, los de una población, etc..
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